La microbiota, bacterias que cuidan de nuestra salud
En los últimos años se ha oído hablar mucho sobre la microbiota y es que numerosos estudios han demostrado que estos pequeños microorganismos que habitan en nuestro intestino grueso juegan un papel fundamental en el estado general de nuestra salud. Muchos de ellos evidencian los beneficios que aportan estas bacterias intestinales en la síntesis de vitaminas cómo la vitamina B12, el ácido fólico o la vitamina K.
Aunque aparentemente no guarde relación con otras enfermedades, la disbiosis o alteración del equilibrio entre bacterias beneficiosas y perjudiciales, ha demostrado ser uno de los primeros síntomas en algunas enfermedades como el Síndrome de Intestino Irritable; enfermedades neurológicas como la Esclerosis Múltiple o el Parkinson donde la alteración de la microbiota puede ser uno de los desencadenantes que de origen a una neuroinflamación; Enfermedades autoinmunes como la Diabetes tipo 2, la obesidad, la hipertensión, la enfermedad coronaria e incluso Trastornos del Espectro Autista donde se ha observado que los pacientes presentan una microbiota diferente con disminución de bacterias beneficiosas y predominio de bacterias perjudiciales .
La microbiota se hereda de nuestra madre en el momento del nacimiento, pero esta puede ser modificada por diferentes factores cómo la dieta, el ejercicio, el estrés, la convivencia con animales, las infecciones o el uso de antibióticos entre otras causas. Aunque en la edad adulta es más estable y difícil de modificar, la Dra Garrido, médico de familia de HC Marbella nos da unas pautas para optimizar nuestro microbiota.
Existe la posibilidad de modificar nuestras bacterias intestinales adquiriendo hábitos saludables.
La alimentación juega un papel fundamental, las dietas ricas en fibra, frutas, hortalizas y champiñones ayudan a la proliferación de distintos microrganismos intestinales beneficiosos.
El nivel de actividad física también es un factor clave en la composición de nuestro microbiota, a mayor nivel de actividad física, mayor diversidad de bacteriana.
Otros factores como el estrés pueden alterar la permeabilidad del intestino permitiendo que sustancias dañinas lleguen a la sangre. Además, las bacterias intestinales participan en la producción de serotonina, hormona de la felicidad y en la producción de GABA, dopamina y melatonina, neurotransmisores que envían al cerebro señales de calma y serenidad, explica la doctora.
Tener hábitos de vida saludable y cuidar tu salud digestiva es una inversión a largo plazo en nuestra salud en general, concluye la doctora.
La realización de chequeos médicos periódicos permite detectar a tiempo patologías tratables que pueden agravarse. Si tiene cualquier síntoma o duda no dude en contactar con su médico.