Emoción en Marbella con la coronación de la Virgen del Carmen
El culto a la Virgen del Carmen de Marbella recibió ayer la más alta distinción eclesiástica con la coronoción canónica de esta imagen mariana, que desde 2012 se ha convertido, junto a San Bernabé, en patrona de la ciudad.
En torno a las las once de la mañana, en la plaza de la Iglesia se escuchó un repique de campanas que anunciaba la celebración de la solemne misa que ofició el obispo de Málaga, Jesús Catalá, ante centenares de integrantes de la Hermandad de la Virgen del Carmen, autoridades políticas y municipales. Una pantalla gigante permitió seguir la ceremonia desde el exterior.
Poco después de que entrara el pendón de la ciudad, cuatro monaguillos salieron del Colegio Diocesano Rodrigo Bocanegra portando en un palio la corona y entraron en la iglesia arropados por las notas del órgano de Sol Mayor, cuya gravedad fue matizada por las voces blancas de la Coral de la Santa Vera Cruz de Alhaurín el Grande, así como por la Escolanía de La Encarnación. Máximo silencio cuando el obispo de Málaga, acompañado por una treintena de sacerdotes, atravesó la nave central de la iglesia hacia el altar mayor, cuyo retablo fue cubierto para dar más protagonismo a la Virgen del Carmen. «Hoy es un gran día para Marbella», anunció el obispo Jesús Catalá».
Tras la lectura de un fragmento de la Anunciación del Evangelio según San Lucas, Catalá hizo un repaso a la historia de la devoción de la virgen en Marbella, que comenzó en 1765, cuando se erigió una pequeña ermita en la calle Ortiz de Molinillo . «En aquella época se dedicó una capilla en la iglesia de la Encarnación y se propagó la costumbre de poner el nombre de María del Carmen», recordó el obispo.
Dos siglos de devoción
Pronto la devoción se extendió y se impuso la tradición de poner María del Carmen a las nacidas en Marbella. A principios del siglo XIX, se comienza a celebrar el 16 de julio y vincularse con los con los pósitos de los pescadores y, posteriormente, con la la Cofradía de Pescadores. En 1975, se inicia la tradición de recitar el Rosario de la Aurora.
«Durante dos siglos y medio nos ha cuidado», aseguró el obispo, quien a mediodía bendijo las dos coronas que impuso a la talla del siglo XVIII, a la que ayer se añadió una obra de orfebrería confeccionada en los talleres de Joaquín Osorio, en Sevilla.
La ceremonia concluyó con la intervención de la hermana mayor de la Hermandad de la Virgen del Carmen, Ana Belén Haro quien manifestó que «hoy [por ayer] es un día de profunda alegría y emoción, un momento que marcará para siempre la historia de esta ciudad».
Fuente: diario sur